La mostaza Dijon Chardonnay, exquisitez y versatilidad en la cocina

La mostaza es una de las salsas o aderezos más populares en la gastronomía mundial. Consumida desde tiempos muy lejanos, en Francia se popularizó y se extendió a las cocinas de todo el planeta.

Por esa razón, a todos les hace bien hablar de la mostaza. Es un aderezo que mezcla picante, dulzura, sabor tierno y fuerte, todo a la vez. Hay muchas denominaciones, presentaciones, marcas y estilos, pero sin duda es la mostaza Dijon la más consumida por los paladares más exigentes.

Sobre la mostaza Dijon

La mostaza, tal cual se conoce hoy, se originó comercialmente en la región de la Borgoña, en Francia. Precisamente, Dijon es la ciudad principal de esta región, y una de las que más se industrializó alrededor del cultivo y proceso de fabricación de todo lo relacionado con la mostaza.

Desde 1937, la mostaza Dijon tiene una denominación de origen, puesto que es una mostaza que tiene una composición particular, unas semillas específicas y un sabor reconocible, siendo una de las mostazas con sabor más dulce y picante de todas las variantes que existen incluso dentro de la propia región francesa.

Pero la Dijon es sólo una de las tantas variantes principales, ya que hay otra que se ha convertido en un símbolo de la alta cocina, y que también es originaria de esa ciudad francesa: la mostaza Dijon Chardonnay.

La mostaza Dijon Chardonnay

La mostaza dijon chardonnay debe su nombre a la combinación de la ciudad de la que es originaria, Dijon, y a la utilización de una variante de vino blanco denominada Chardonnay, que se utilizó en lugar de vinagre para la preparación de una mostaza en el año 1752 por parte del maestro de la mostaza Jean Naigeon, que utilizó la base de vino y con ello logró un sabor distinto, más dulce, más aromático, más elitista, y por eso es una de las variantes de la mostaza más buscados para la cata de embutidos y quesos, pero también por personas que quieren preparar carnes tiernas y lograr un sabor indescriptible.

¿Cómo se elabora?

Lo ideal siempre será poder comprar una buena mostaza Dijon Chardonnay para tener una referencia clara de su sabor, de su aroma y de sus particularidades y aportes a la cocina. De hecho, la cantidad de recetas en las que se utiliza la mostaza Dijon Chardonnay da para hablar largo y tendido sobre el tema.

Sin embargo, es posible animarse a su preparación de una forma más casera, sin que eso impida disfrutar en su totalidad de los aromas y sabores que este tipo de mostaza ofrece.

Para ello, se requieren estos ingredientes:

  • Semillas de mostaza amarillas y semillas de mostaza marrones.
  • Vino blanco en su variante Chardonnay.
  • Vinagre blanco.
  • Sal, pimienta negra y nuez moscada.

La mostaza Dijon Chardonnay es una variante de la mostaza Dijon que se utiliza sobre todo para marinar y acompañar carnes blancas, siendo el pavo y el cerdo las más indicadas. Sin embargo, y como bien lo demuestra la gastronomía francesa, platos como los mariscos, los pescados y las ensaladas, han utilizado siempre la mezcla de la mostaza y el vino como una forma de realzar los sabores sin enmascararlos, algo en lo que la mostaza Dijon Chardonnay es un ingrediente imprescindible.

Una de las ventajas de la mostaza Dijon y de la mostaza Dijon Chardonnay es que tiene pocas calorías y no tiene colesterol, por lo que es un alimento nutritivo, con muchas proteínas vegetales, pero aparte lo suficientemente saludable como para recomendarlo en cualquier plato sin ningún tipo de restricción o advertencia.

Como bien se ha dicho antes, la mostaza es uno de los ingredientes protagónicos de las cocinas alrededor del mundo. En ocasiones, no hace falta encontrar variedades específicas o con denominación de origen, ya que muchas de estas mostazas se realizan partiendo de la combinación de ingredientes concretos, por lo que también se podrán hacer en casa.

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