Paul Krugman quien recibió un premio Nobel de Economía en 2008 se suma a la lista de economistas, intelectuales, pensadores, y magnates, entre más personalidades, que consideran que las criptomonedas (entre ellas el bitcoin) no tienen un valor real para la sociedad. Krugman quien es un economista estadounidense compara al auge de las criptomonedas con el auge del sector inmobiliario ocurrido a mediado de los años 2000 que terminó de forma desastrosa.
Nobel de Economía: las criptomonedas son un edificio construido en la arena
El Nobel de Economía rememora lo ocurrido en la década del 2000, al pensar en cómo las personas ponen fe en las monedas digitales tales como el Bitcoin, Ethereum, Ripple, Cardano, Dogecoin, etc. Enfatiza que solo un puñado de inversionistas fue capaz de percibir que el mercado inmobiliario estadounidense había subido a precios máximos insostenibles y que por ende se trataba de una burbuja que estaba a punto de explotar y que efectivamente terminó haciéndolo.
Muchos estadounidenses no podían creer en aquel entonces que los precios de los inmuebles estuviesen tan inflados como decían los pocos inversionistas que se dieron cuenta de ello, afirma Krugman. Sin embargo, el tiempo les dio la razón al desplomarse el mercado de los bienes raíces con serias repercusiones hasta el día de hoy.
Krugman quién ganó el premio Nobel de Economía en 2008 debido a sus aportes a la humanidad sobre teoría del comercio y geografía económica, sostiene que el Bitcoin y demás criptomonedas carecen de aplicaciones prácticas en la humanidad.
Además, lo considera como un activo popular entre criminales y frecuentemente utilizado para lavado del dinero. Cree que las criptomonedas son un edificio construido en la arena, que al final terminará derrumbándose.
Los bancos centrales del mundo buscan alternativa a las criptomonedas
Es cierto que en lo que va del año los precios de Bitcoin, la principal criptomoneda por capitalización de mercado, así como el resto de otras monedas, se han desplomado desapareciendo más de la mitad de su valor desde los máximos históricos que registraron a finales del año pasado.
En consecuencia, muchos bancos centrales a nivel mundial buscan alternativas digitales al efectivo para atender las necesidades de los usuarios quienes con el auge de las criptomonedas demostraron que se sentían insatisfechos por las alternativas que le ofrecían las entidades económicas tradicionales.
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