cáncer de tiroides

El cáncer de tiroides repunta en España: ¿Cómo detectar sus señales tempranas?

El cáncer de tiroides es una enfermedad en la que se forman células malignas en la glándula tiroides, ubicada en el cuello. En los últimos años, se ha observado un aumento en la incidencia de este tipo de cáncer en España. Según datos del informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) de 2020, el cáncer de tiroides es el octavo tipo de cáncer más frecuente en mujeres en nuestro país, con una tasa de incidencia de 9,4 casos por cada 100.000 habitantes.

Síntomas de cáncer de tiroides

Uno de los principales factores que contribuyen a este aumento es el aumento de la detección temprana gracias a la realización de pruebas diagnósticas cada vez más precisas y accesibles. Además, la exposición a la radiación en la infancia también puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides en la edad adulta.

Los síntomas del cáncer de tiroides pueden variar según el tipo y la etapa de la enfermedad, pero en muchos casos, no aparecen síntomas tempranos. Los síntomas pueden incluir un bulto o nódulo en el cuello, dolor en el cuello, dificultad para tragar o respirar, cambios en la voz o ronquera, y ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

Es importante destacar que muchos nódulos en la tiroides no son cancerosos, pero es importante que cualquier nódulo o bulto en el cuello sea evaluado por un médico para descartar la posibilidad de cáncer. Los médicos pueden realizar una serie de pruebas para evaluar los nódulos, como una ecografía, una biopsia con aguja fina o una gammagrafía de la tiroides.

La importancia de la detección temprana

La detección temprana es clave para tratar con éxito el cáncer de tiroides. Si se detecta en una etapa temprana, el cáncer de tiroides es altamente tratable y curable. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar la tiroides o una parte de ella, radioterapia y terapia hormonal.

Además, hay varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de tiroides. Algunos de estos factores incluyen tener antecedentes familiares de cáncer de tiroides, haber tenido exposición a radiación en la cabeza o el cuello en el pasado, tener ciertos trastornos de la tiroides o un historial de bocio.

Si bien no siempre es posible prevenir el cáncer de tiroides, hay ciertas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Por ejemplo, evitar la exposición a la radiación especialmente en la cabeza y el cuello puede reducir el riesgo. Además, mantener una dieta saludable y equilibrada y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de desarrollar

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