Nocebo

¿Efecto nocebo? Investigaciones afirman que está presente en 3/4 de los la vacunados

El efecto nocebo es la versión negativa del efecto placebo. Un estudio reciente apunta que hasta tres cuartas partes de los efectos secundarios de la inoculación contra el covid-19 se debe realmente al efecto nocebo y no a la vacuna en sí.

Entre los principales síntomas secundarios que las personas experimentan al ser inoculados contra el COVID, están los dolores musculares, cefalea y fatiga. Pero ¿será posible que estas molestias en gran medida se deban a la autogestión y no a los ingredientes de la vacuna?

¿Qué es el efecto nocebo?

El efecto nocebo es lo contrario al efecto placebo que por supuesto es el más conocido. Consiste en que el paciente sufre ciertos síntomas negativos solo porque sabe que puede padecerlos, y y no por alguna sustancia farmacológica que se le esté suministrando.

Este tipo de autogestión consiste en la aparición de síntomas secundarios o el deterioramiento de una condición, que se origina cuando el paciente recibe algún tratamiento que cree que le provocará dichos efectos negativos o secundarios.

Según el equipo de investigadores del centro BIDMC de Boston, institución asociada a la escuela de medicina de Harvard en norteamérica, tres cuartos de los efectos colaterales más comunes provocados por las inoculaciones se deben al llamado efecto nocebo. Esto puede traer reacciones nuevas y adversas que no estén relacionados con la droga, o también pueden hacer que las reacciones adversas de la vacuna se intensifiquen.

¿Cómo combatir el efecto nocebo?

Cuando aparecen dichos síntomas secundarios, sean producto de nuestra imaginación o no, hay que tratarlos de forma adecuada. De ahí la importancia de tomar un fármaco para aliviar el dolor de cabeza o muscular y descansar sí sentimos fatiga. Es digno de resaltar que no es posible distinguir si los efectos secundarios son producto de la autogestión, salvo a través de un ensayo clínico.

Ted Kaptchuk experto en investigaciones sobre el efecto nocebo de la universidad de Harvard, explicó a BBC Mundo que los síntomas producidos por este efecto deben ser tratados de la misma manera en la que nos trataríamos si fueran provocados por un tratamiento fármacológico.

Kaptchuk sugiere que una forma de combatir el posible efecto nocebo es a través de la buena y oportuna información a los pacientes. Informar a los pacientes sobre los potenciales efectos negativos de cualquier tratamiento o procedimiento médico es una obligación legal, y no se puede minar la confianza en los doctores al ocultar información importante.

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