Erupciones volcánicas

Algunas de las mayores erupciones volcánicas de la historia fueron registradas por monjes medievales

Los registros de monjes medievales podrían relacionar las erupciones volcánicas con los eclipses solares. En la edad media cuando no existían televisores, consolas, móviles y otros dispositivos electrónicos cualquier acontecimiento celestial podría llamar la atención de plano de cualquier persona, incluyendo a los monjes enclaustrados dentro de las paredes de los monasterios.

Los monjes medievales registran los eclipses solares

Entre los siglos XII y XIV de nuestra era se registraron hasta 64 eclipses lunares totales. Los monjes medievales registraron al menos 51 de ellos según los registros que se tienen hasta el momento. Y cinco de ellos informaron que la luna estaba especialmente oscura.

Los cronistas medievales registraron todo tipo de eventos históricos desde batallas importantes, hambrunas, desastres naturales, hazañas de reyes y papas, así como fenómenos celestes que podrían presagiar tal vez calamidades. Es por esto que los monjes tomaron especial cuidado en tomar nota de la coloración del satélite natural de nuestro planeta.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra se ha dedicado a revisar los textos medievales y comparar los datos de núcleo de hielo y anillos de árboles a fin de relacionar las erupciones volcánicas más grandes que el mundo haya vivido con los eclipses solares. Como resultado han desvelado nuevos detalles sobre uno de los periodos con mayor actividad volcánica de nuestro planeta.

Las erupciones volcánicas y su relación con los eclipses solares

El equipo de investigadores que tardó casi cinco años en estudiar cientos de anales y crónicas de oriente medio y toda Europa se han dado a la tarea de buscar referencia a los eclipses lunares totales en relación con su brillo y coloración. Esto les ha permitido relacionar nuestro satélite natural con la penumbra volcánica.

Concluyeron que los eclipses lunares más oscuros han ocurrido aproximadamente 12 meses después de las erupciones volcánicas más espectaculares. El autor principal del estudio Sebastien Guillet agregó que dado que conocían los días exactos de los eclipses pudieron estudiar la posibilidad de utilizar los avistamientos para concluir cuándo debieron ocurrir las erupciones.

En su investigación los científicos también notaron que los escribas japoneses tomaban nota de los eclipses lunares. Uno de ellos fue observado el 2 de diciembre de 1229, un eclipse oscuro sin precedentes que ni siquiera los más viejos lo habían visto así. Los cronistas lo describen como algo único en donde la luna había desaparecido por completo, realmente algo para temer.

Los investigadores explican que las erupciones volcánicas son las responsables de la desaparición de la luna puesto que además enfrían las temperaturas de verano al limitar la luz solar que llega a la superficie de la tierra.

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